martes, 11 de octubre de 2011

Homilía para el domingo 29º del tiempo ordinario

Pidamos a nuestra Hermosa Madre, la Santísima Virgen María, que ore por nosotros al Espíritu Santo para que Él nos conceda el don de entender la Palabra.
Cuando uno escucha a Jesús decir: "Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", puede fácilmente interpretar que hay dos planos, un plano "material" y otro "espiritual", y además, que esos dos planos son paralelos y no se tocan "casi" nada.
Esto es erróneo.
Cuando a Jesús le plantean si se debe pagar el impuesto al César le están tendiendo una trampa, de la que se da perfecta cuenta: quieren que quede expuesto frente a los herodianos, que era la guardia del rey amigo del César, Herodes, y si decía que no había que pagar el impuesto quedaba como un subversivo que alteraba el orden. Y si, por el contrario, decía que había que pagar, quedaba ante los judíos como un débil sometido al poder extranjero, cosa muy mal vista por los judíos que estaban hartos de la dominación romana.
Jesús les pide un denario, una moneda con la efigie del César, del emperador romano. Astutamente, muy astutamente, Jesús hace un planteo que para los judíos más piadosos tenía que resultar una explosión. Y el detonante está en la imagen. En la moneda, la imagen es del César, y Jesús dice "Den al César lo que es del César", pero cuando dice a continuación, "Den a Dios lo que es de Dios", la pregunta oculta es: "¿Cuál es la imagen de Dios?".
Para el judío piadoso, la imagen de Dios es el hombre, y con el acento que da Jesús, todo hombre que sufre, "mis hermanos más pequeños". 
Por tanto, "Dar a Dios lo que es de Dios" no significa separar los mundos, sino, por el contrario, en este mundo, en esta nuestra realidad, dar al hombre lo que el hombre necesita para vivir feliz, porque ésa es la forma concreta y real de dar gloria a Dios, atendiendo a su imagen (el hombre) para que viva con dignidad (con la dignidad de creatura de Dios, para los judíos; y con la dignidad de hijo de Dios por adopción, para los cristianos).
Entonces, Jesús estaba haciendo un cuestionamiento velado muy serio: ¿Tengo que obedecer a un Estado (el imperio) que pretende ser más que Dios, y que usa los bienes que me quita para satisfacer sus gustos, caprichos y gastos militares, etc.? Porque ese Estado pretende tener el poder sobre todos, y un poder capaz de hacer olvidar los deberes que se tienen para con Dios y con los demás por Dios. Eso se llama "idolatría del Estado". Y todos tenemos conocimiento de que la opresión del Estado absolutizado es tan terrible como cualquier tiranía e intenta que el hombre se le someta so pena de muerte.
Jesús, entonces, no da la respuesta que los fariseos querían oír. Sin embargo, da una respuesta que al mismo tiempo es una pregunta: "Tú ¿qué haces? ¿Das a Dios lo que es de Dios? Te dices fariseo (cumplidor observante de la ley de Dios) y ¿te olvidas de su imagen? ¿Te olvidas de respetarlo como un verdadero creyente?
Y a nosotros ¿qué nos toca?
Pagar los impuestos es una responsabilidad social. Pero tiene que estar fuertemente ejercida también la responsabilidad del control del uso de esos fondos que son de todos y para el bien común. Pagar sin controlar es más cómodo que pagar y controlar qué hacen con lo que pagamos.
Nuestra sociedad argentina adolece de capacidad de revisión, de autocontrol y de autocorrección, que sería imprescindible para que no se malgasten los bienes que son para el bien común. Al atender al bien común se está respetando la ley de Dios. Es bueno recordar que la Iglesia, en su reflexión permanente y en su magisterio, cuenta con un bagaje valiosísimo: la Doctrina Social de la Iglesia, que ilumina el obrar social de los cristianos y de los hombres de buena voluntad.
El Señor bendito y la Hermosa Madre nos bendigan a todos.

1 comentario:

miriam dijo...

PLANTEÉMONOS, COMO VERDADEROS CRISTIANOS, SI EN ESTE PRESENTE QUE VIVIMOS, EN ESTA SOCIEDAD ACTUAL, HOY, AHORA, EN EL AMANECER DEL TERCER MILENIO, ¿DAMOS GLORIA A DIOS, ATENDIENDO A SU IMAGEN,(EL HOMBRE) PARA QUE VIVA CON DIGNIDAD?...¿TENGO, COMO CRISTIANO COMPROMETIDO, QUE OBEDECER CIEGAMENTE A UN ESTADO QUE USA LOS BIENES PARA SATISFACER SUS GUSTOS Y CAPRICHOS?

YO, QUÉ HAGO?...TÚ, QUÉ HACES?...DAMOS A DIOS LO QUE ES DE DIOS?...SI NO LO HACEMOS, ESTAMOS A TIEMPO DE COMENZAR...SIEMPRE ESTAMOS A TIEMPO...EL SEÑOR NOS TIENE INFINITA PACIENCIA Y NOS ESTÁ ESPERANDO.

QUE DIOS NOS BENDIGA SIEMPRE