martes, 15 de febrero de 2011

Homilía para el Domingo 7º durante el año - Ciclo A

Lectura del libro del Levítico: (Lev 19, 1-2.17-18)

El Señor dijo a Moisés: Habla en estos términos a toda la comunidad de Israel: Ustedes serán santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo. No odiarás a tu hermano en tu corazón; deberás reprenderlo convenientemente, para no cargar con un pecado a causa de él. No serás vengativo con tus compatriotas ni les guardarás rencor. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.

Salmo 103 (102)

El Señor es bondadoso y compasivo.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios.

Él perdona todas tus culpas y sana todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura.

El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas.

Cuanto dista el oriente del occidente, así aparta de nosotros nuestros pecados. Como un padre cariñoso con sus hijos, así es cariñoso el Señor con sus fieles.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto: (1Cor 3, 16-23)

Hermanos: ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo. ¡Que nadie se engañe! Si alguno de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que se haga insensato para ser realmente sabio. Porque la sabiduría de este mundo es locura delante de Dios. En efecto, dice la Escritura: “Él sorprende a los sabios en su propia astucia”, y además: “El Señor conoce los razonamientos de los sabios y sabe que son vanos”. En consecuencia, que nadie se gloríe en los hombres, porque todo les pertenece a ustedes: Pablo, Apolo o Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente o el futuro. Todo es de ustedes, pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo: (Mt 5, 38-48)

Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal; al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camino dos con él. Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado. Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque Él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.


Pidamos en primer lugar a nuestra hermosa Madre, la Virgen, que ruegue al Espíritu Santo que nos dé el don de entendimiento de la Palabra.

Instintivamente, naturalmente, nos “amamos” a nosotros mismos primero. Es decir, nos cuidamos, exigimos lo que necesitamos, primero estamos nosotros y los demás tienen que darnos todo lo que necesitamos. Luego nos “endulzamos” y exigimos más que lo que necesitamos, exigimos lo que se nos da la gana, y nos volvemos egoístas, mezquinos, calculadores. Si maduramos bien, porque nos educan bien, vamos aprendiendo a ver al otro, a respetarlo, a quererlo, a compartir con el otro, a amarlo. Digo si nos educan bien, porque a veces sucede que nos “adiestran” bien pero no nos educan bien. Nos adiestran a dar ciertas respuestas ante ciertas situaciones, por ejemplo: nos adiestran a callarnos cuando nos gritan, cuando en realidad nos tendrían que enseñar el valor de escuchar siempre y de responder gentilmente para continuar el diálogo.

Si el egoísmo que aprendimos a tener por los “beneficios” que creímos conseguir cuando nos encaprichábamos, cuando seguíamos porfiadamente lo que se nos antojaba, cuando hacíamos berrinches y hasta recurríamos a cualquier forma de manipulación de los demás, si ese egoísmo que aprendimos no es moderado, controlado, sujetado, se nos volverá en contra, porque habremos perdido hermanos, esposo, esposa, hijos, nietos, abuelos, amigos, vecinos, hermanos de comunidad, incluso a Dios.

Sujetar el egoísmo y volverse generoso, volverse totalmente generoso, es la escuela por la que tenemos que pasar porque esa generosidad es la “materia” por la cual vamos a rendir en el examen final del juicio final: ¿cuánto amaste?

Los demás no son todos buenos, yo tampoco soy siempre bueno. Pero el mal del otro no justifica que yo me vuelva malo, que yo no crezca en el amor. Al contrario, es la oportunidad para dar el gran salto desde el egoísmo a la generosidad.

Despreocuparse del hermano que “mete la pata” es no saltar. Es abandonarlo en el desierto a su suerte, esperando que muera. Es la indiferencia asesina.

Vengarse es no saltar. Es enredarse en las cadenas más poderosas del egoísmo, las del odio.

Si soy asesino de mi hermano, si el odio me ha consumido las entrañas y encima me engaña a mí mismo, he destruido el templo de Dios que soy yo y que es mi hermano. Y “el templo de Dios es sagrado”, dijo Pablo. Dios destruirá al que lo destruya. Dios lo dejará fuera de los bienes que tiene reservado a los que aman.

Pero al que vuelve, al que se arrepiente, al que se da cuenta del mal hecho y quiere cambiar, los brazos amorosos del Padre lo abrazarán y lo consolarán y lo alentarán porque lo colmará con el Espíritu Santo que lo transformará hasta que aprenda a ser hijo de Dios. Él lo hará “porque es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia”.

El Señor Jesús nos invita a un gran salto hacia la generosidad: nos reveló

cómo es el Padre, y ahora nos revela cómo ama el Padre. Para que entendamos lo que nos quiere revelar nos hace ubicarnos de modo distinto a como nos ubicamos. Nos habla de una actitud que nos exige mucha madurez, mucha generosidad, la de no hacer frente al que hace el mal, la de ofrecer la otra mejilla al que nos pegó en la primera, la de ofrecer más que lo que nos reclaman, la de dar más que lo que nos piden.

No dice que debemos hacer esto porque nos declara débiles que no sabemos defendernos y porque no valemos nada. Muy al contrario, nos lo dice porque ya nos dijo antes que valemos, y que valemos mucho más que los pájaros que el Padre cuida con amor; que no somos débiles sino fuertes, por eso nos puso como sal de la tierra y luz del mundo; nos animó a enseñar a otros la justicia y cómo ser justos; nos animó a ni siquiera irritarnos contra el otro…

Nos impulsa a ser pacientes y misericordiosos como su Padre.

Nos impulsa a amar a los enemigos como ama su Padre.

Nos invita a un salto grande, a llegar más allá de lo que nuestro egoísmo nos permite.

¡Que nadie se engañe! Advertía Pablo. ¡Que nadie intente engañar a Dios que todo lo conoce!

Somos invitados, impulsados, animados, exhortados, llamados a ser santos, santos como Dios es santo, generosos como Él.

Que nuestra hermosa Madre, la Virgen María, nos ayude a responder que sí.

Que el Señor bendito y la hermosa Madre los bendigan mucho.

4 comentarios:

Abuela dijo...

AMAR ES DARSE. AMAR DESPIERTA Y HACE CRECER SENTIMIENTOS POSITIVOS: SUMAR, ACERCARSE, ACEPTAR, TOLERAR, TENDER PUENTES, PACIFICAR, COMPADECERSE...Y NOS HACE FELICES.
ESTO ES EXACTAMENTE LO QUE DIOS QUIERE PARA CADA UNO, PARA CADA UNA DE NOSOTRAS...QUE SEAMOS FELICES!
EN LA PALABRA NOS DICE CÓMO: AMANDO A TODOS!
ABRAMOS NUESTRO ESPÍRITU A SU VOLUNTAD Y LIBREMENTE OPTEMOS POR VIVIR SEGÚN SU PALABRA.

miriam dijo...

hermosa la homilia...
abuela: hermosas tus palabras, las comparto plenamente.

quiero agradecer a quien escribe las homilías cada semana.
muchos la leemos vía internet. pero hay otros muchos que no tienen acceso a este medio, (sobre todo gente mayor que no maneja la compu).
he charlado con una señora de nuestra comunidad parroquial, que está enferma, en silla de ruedas, recuperandose de una enfermedad que la tuvo al borde de la muerte, pero gracias a Dios evolucionó favorablemente y le ofrecí, hasta que mejore y pueda ir a misa, imprimir y llevarle todas las semanas estas homilías. esto la puso muy contenta y creo que es una forma de trasmitir la palabra.

creo que, cada uno desde el lugar que tiene en esta sociedad, el lugar donde "la vida" o las circunstancias lo instalaron, puede ayudar a llevar la palabra del Señor.No hay UNA FORMA de hacerlo, hay muchas, variadas y diferentes, cada uno encontrará la suya, pero lo importante para el Señor es HACERLO.

que el Señor los bendiga siempre

Abuela dijo...

QUÉ BUENO LO QUE HACÉS, MIRIAN! LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NOS PUEDEN AYUDAR A ACERCARNOS Y, EN ESTE CASO, A LLEVAR LA PALABRA DE DIOS A QUIEN NO PUEDE IR A RECIBIRLA!!!

Abu dijo...

¡Qué ligeramente se usa la palkabra "egoísmo", y qué mal se la interpreta, como algo suave , común, por pequeñas actitudes o acciones sobre cosas de poca importancia.
Si la miro desde la perspectiva de esta Palabra, me mueve el piso, es un terremoto, pero ¡gracias Dios por regalarme este terremoto, que si lo lucho seguro saldré con un crecimiento, que no me lo puede dar ningun sabio!
Bendito seas oh Dios por tu infinita Misericordia.